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Cómo hacer una sesión fotográfica

Enfrentarte a una sesión fotográfica como lo haría un profesional requiere un trabajo previo que ocupará bastante más tiempo que la sesión propiamente dicha. En el anterior artículo os presenté una pequeña guía para diseñar una sesión de fotos centrándonos en el equipo técnico necesario, así como el equipo humano. También abordamos de manera muy breve algunos aspectos del trabajo de preparación. Hoy vamos a desarrollar un poco más esa parte.

En primer lugar debes tener claro cuál es la temática que vas a tratar, ya sea fotografía de producto, retratos o imagen publicitaria. Obviamente, salvo que estés haciendo una sesión para aprender o por gusto, el tipo de fotografía te vendrá impuesto. Tras tener claro esto, debes decidir dónde las vas a ambientar (puede ser fotografía urbana, naturaleza, etc, independientemente del tema) y también debes saber dónde contextualizarlas, o más bien, cuándo. Puedes elegir una referencia histórica, como por ejemplo en una sesión pin up.

Para todo ello, ten presente que no sólo eres fotógrafo, sino también productor. Ya sea un proyecto personal o para un cliente, la infraestructura y logística depende completamente de ti, o al menos, en gran medida. Además, vas a descubrir que en muchas ocasiones el cliente no tiene claro lo que quiere, y te va a tocar orientarle y dirigir sus ideas en una determinada dirección.

Como conclusión, el tema es la base de la que va a partir todo lo demás. En función a si es fotografía publicitaria, social, de moda, etc, tendrás que determinar el presupuesto, las localizaciones, las necesidades y todos los condicionantes temporales.

Tu sesión fotográfica funcionará gracias a la documentación previa

El trabajo previo a la sesión de fotos

Tras conocer el tema de tu sesión fotográfica, así como el enfoque que va a tener, el siguiente paso es comenzar el trabajo de documentación previa. De esta parte del proceso, va a depender en gran medida el éxito del resultado final. Como decíamos, un fotógrafo no sólo puede ser un técnico. No estás haciendo fotografías de carnet con un fondo blanco. Este valor añadido del trabajo previo, debería ser algo autoimpuesto por cada profesional en todos sus proyectos. Sólo así puedes asegurar la calidad del resultado.

Por ese motivo, no debe preocuparte que el cliente piense que tu presupuesto es demasiado por hacer unas cuantas fotos. Porque tú sabes (y debes hacerle ver a tu cliente) que no es hacer unas cuantas fotos. No cobras por el día de la sesión. Cobras por un proyecto.

A partir de este punto, debes empezar a pensar en tus tiempos de trabajo, cuadrarlos con los tiempos del cliente, pensar en el equipo humano y técnico, así como todas las necesidades que tendrá la sesión por su naturaleza.

Organiza el trabajo de tu sesión de fotos en estos 3 pasos

Lo primero que tienes que hacer es empezar a montar tu storyboard planeando cada fotografía como si fuera un trabajo independiente. Con la experiencia, aprenderás a aprovechar elementos y esquemas de luces de una fotografía para varias. Pero para empezar, hazlo de manera independiente. Decide si son fotografías de estudio o de exterior, ya que de eso dependerá el material y la ayuda que necesites. Además, en caso de ser exterior, tendrás en cuenta las horas de luz, las fuentes de alimentación que necesites, y eso, influirá en el flujo de trabajo.

En cualquier caso, a modo de guía, puedes seguir estos tres pasos para organizarte, ya que si no tienes experiencia, al principio puede resultar un poco caótico:

  1. Busca referencias: la labor de investigación es imprescindible. No se trabaja igual un retrato corporativo para un despacho de abogados que para una empresa tecnológica. Se busca un look muy diferente. Por eso es básico que veas los productos del sector con el que vas a trabajar. Además de como orientación, también te puede servir como inspiración. Fíjate en las poses y posturas que funcionan bien, y sobre todo en las que funcionan mal. Desgrana cada imagen para entender cómo se ha hecho, y empieza a construir tus propias fotografías a partir de las referencias. Haz pruebas y storyboard. Lo que está claro es que antes de la sesión ya debes saber qué resultado vas a obtener. No puedes ir a probar a ver qué pasa.
  2. Decide la ubicación: es determinante que elijas la ubicación. Si va a ser interior o exterior. Si necesitas construir un decorado o vas a sustituir fondos en postproducción. Este punto es imprescindible para conocer las necesidades técnicas y humanas.
  3. Haz tu esquema de iluminación: una vez que conoces el “qué” y el “dónde”, vamos a tratar el “cómo”. La fotografía es luz. Y como fotógrafo debes aprender a esculpir la imagen con la luz. Trabajar con luz natural o artificial no tiene nada que ver. Y si necesitas encontrar un equilibrio entre ambas, tu trabajo se complica aún más. Debes tomar notas para el día de la sesión, esquematizar gráficamente tus luces (con filtros, potencias y distancias). Y lo más importante, es que siempre que puedas, lo montes previamente para hacer pruebas. Si la sesión es exterior, visita el lugar y memoriza qué hace el sol y cómo crecen las sombras. Y de nuevo, haz pruebas. En este caso, es fundamental que acudas en el mismo horario en el que tendrá lugar la sesión, y sólo pocos días antes, para que no cambie la posición del sol. Si lo haces un mes antes, no te servirá de nada.

Ha llegado el día de mi sesión fotográfica: ¿Cómo debo actuar?

Cómo trabajar en tu sesión fotográfica

Por fin es el día de tu sesión fotográfica. Si has realizado todo el trabajo previo, puedes estar tranquilo, porque lo más difícil está hecho. Sin embargo, ahora debes ejecutar tu planificación de manera concienzuda y respetado el trabajo previo todo lo posible. Es importante recordar que no puedes hacer que los demás pierdan el tiempo. Para ello, una orden de trabajo es fundamental.

Vamos a suponer que debes empezar a disparar a las 6 de la tarde. No puedes citar a todo el mundo a las 6, porque ya empezaréis con un gran retraso y todo terminará mal. Tampoco tiene sentido citar al personal 1 hora antes y tener a gente media hora cruzada de brazos. Debes ser cuidadoso con los tiempos. Si tu necesitas dos horas para montar luces, tú y los técnicos, deberéis llegar a las 4. Y si el modelo necesita una hora de maquillaje y peluquería, deberá tener su citación a las 5, y así con todo.

Ten en cuenta estos 3 consejos y síguelos lo mejor posible:

  1. Monta el set con tiempo suficiente para que tu modelo no tenga que esperar. No dejes que se desconcentre, se aburra o se frustre.
  2. No es el momento de hacer pruebas. Eso ya lo hiciste en el trabajo previo. Monta la iluminación siguiendo tu esquema de luces.
  3. La comunicación con el modelo es clave. Si haces fotografía corporativa, no estás tratando con un profesional. Es bueno romper el hielo, charlar un rato y ayudar a romper tensiones. Es algo que también puedes hacer con un modelo profesional, pero aquí, cada uno trabajo según una metodología, y hay quien prefiere centrarse en las poses.

Durante la sesión, puedes mostrar algunas fotos al modelo para ayudarle a cambiar algo. Con respecto a las indicaciones, hay muchas maneras de obrar. Hay quien quiere decirle al modelo qué quiere exactamente y da indicaciones milimétricas, y hay quien prefiere dejar espacio al modelo y libertad para que busque e improvise. Eso depende tanto del fotógrafo como del modelo.

El procesado y la edición de imagen es parte del trabajo de la sesión

Edición de fotografía

No puedes entregar en resultado de tu sesión fotográfica en crudo. Ahora vienen bastantes horas de edición y retoque frente al ordenador. Esta parte del proceso requiere mucha objetividad por parte del fotógrafo. Por ese motivo recomiendo dejar reposar las imágenes unos días si es posible. De esa manera te puedes alejar de las sensaciones que hayas tenido durante la sesión.

A la hora de retocar, debes empezar con los retoques generales, es decir, las curvas de luminancia, las curvas cromáticas, el balance de blancos, la exposición, el ruído, la claridad, etc. Posteriormente, nos centraremos en el sujeto, ya sea modelo o producto. En el caso del modelo, debemos cuidar cada detalle: color de los ojos (atentos al blanco), suavidad de la piel, imperfecciones de piel y labios, eliminación de posibles ojeras, blanqueamiento dental (sin pasarse), pelo, etc. Lo siguiente sería el vestuario: eliminar arrugas, alguna mancha que no vimos y cualquier imperfección que veamos. Y finalmente nos encargaríamos del fondo, como por ejemplo elementos no deseados que distraigan la atención o afeen la imagen. Una vez tenemos esto, ya podemos darle el look que queramos a la imagen de manera global (dominancia cromática o lo que queramos).

No vamos a entrar en disputas de software. Un buen profesional puede editar con cualquier herramienta. Tú decides con cuál te sientes más cómodo o familiarizado. Lo que sí quiero resaltar, es que está prohibido utilizar los parámetros de “brillo y contraste”. Juega con los niveles y las curvas. El resultado no tendrá nada que ver.

Sé detallista al entregar el resultado de tu sesión fotográfica

Puedes entregar tu sesión fotográfica como prefieras. Hay quien entrega un pendrive, un dvd o las puedes enviar de una manera cómoda para el cliente como Google Drive, Wetransfer o Dropbox. Pero intentan ser detallista y enviarlas en alta resolución para que le sirvan a modo de máster y para que las tenga a la máxima calidad y posible y también a baja resolución (que no significa pixelado, no lo olvides), para que las pueda utilizar en redes sociales o web. Explícale para que usar cada una. También puedes preguntar qué formatos necesita y exportarlas en los que requiera. Recuerda que los detalles marcan la diferencia.

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