Saber dirigir modelos durante tu sesión de fotos no tiene nada que ver con tus conocimientos fotográficos. Puedes ser un gran profesional, dominar la técnica y ser muy creativo, pero si no sabes cómo dirigir a tu modelo, nada de eso importará. El motivo es que no serás capaz de conseguir que el modelo te dé lo que tú estás buscando.
Lo primero que tienes que tener claro es que eres un profesional y tu sesión de fotos es un trabajo, con independencia de su finalidad. Eso significa que la timidez no tiene cabida alguna. Muchos fotógrafos prefieren esconderse tras sus teleobjetivos antes que tener que enfrentarse a la fotografía social y tener que tratar con personas.
Obviamente, dirigir a un modelo va mucho más allá de un “muévete un poco más a la izquierda y mira hacia la derecha”. Tienes que ver al modelo como un compañero de trabajo con el que tienes que comunicarte. Existen diferentes maneras de actuar, y no todas valen para cualquier situación. Tendrán que explorar y ver con qué te sientes cómodo y qué prefiere la otra persona.
Hay profesionales que sitúan al modelo dentro de una determinada composición y una escenografía y dan muy pocas indicaciones de posturas. Simplemente esperan el gesto que están buscando. Sólo pulsan el disparador cuando les merece la pena. Obviamente esto no es compatible con una sesión comercial donde hay prisa y cada segundo cuesta dinero.
Otros fotógrafos manejan al modelo como si fuera una marioneta a la que colocan como quieren. Tienen una imagen mental previa muy completa de lo que están buscando. También hay quien dedica un tiempo a charlar para ver qué es capaz de darle modelo.
En cualquier caso, siempre debes planificar tu sesión de fotos.
Dirigir modelos mejorando la comunicación y creando un vínculo
Como decíamos, para dirigir modelos es fundamental que aprendas a comunicarte de la manera adecuada. No basta con dar indicaciones. Al menos no si quieres ir más allá. Una persona puede darte mucho más si creas un vínculo entre vosotros y os entendéis. Para ello, tienes que crear un ambiente cómodo. Si estás empezando lo verás complicado, pero es muy sencillo.
Para romper el hielo, puedes empezar haciendo algunos disparos de prueba para medir la luz. Explica a tu modelo lo que estás haciendo para que se relaje. Eso te permitirá empezar a descubrir sus mejores ángulos sin que hayas empezado todavía a dirigir. Recuerda que no tienes que explicar todo lo que haces. Que haces disparos de prueba, sí. Que buscas su mejor lado, no.
Conecta con tu modelo manteniendo una pequeña conversación mientras haces las pruebas y los momentos previos. No se trata de tener una conversación profunda o íntima. Simplemente conoceros un poco para que todo sea menos frío. Tienes que conseguir que la persona se sienta lo más cómoda y tranquila posible.
Habla durante la sesión. Muchos fotógrafos se centran en la foto y olvidan que es un trabajo en equipo. De esta manera muestras confianza en tu trabajo y consigues que tu compañero se relaje. Además, también conseguirás que el modelo no se centre tanto en el objetivo y conseguirás poses más naturales.
Sé respetuoso y positivo con tus correcciones. No digas frases del tipo “no me gusta”. Mejor di: “vamos a probar otra cosa”. De lo contrario, puedes generar inseguridad en tu modelo. Si quieres una sonrisa, no digas “sonríe”. Di algo gracioso, busca una realidad no algo fingido. Concéntrate en disfrutar con lo que estás haciendo y transmítelo.
Principales indicaciones para dirigir modelos como un profesional
Dirigir modelos no puede cerrarse a un esquema mental porque cada persona es un mundo. Hay algunos que prefieren que los invites a un café mientras montas luces para charlar. En cambio otros lo consideran una pérdida de su tiempo y quieren empezar el trabajo lo antes posible. No obstante, hay algunas pautas que son comunes.
Hay modelos profesionales capaces de darte varias poses en un par de minutos sin que se las pidas, y sólo tienes que apretar el disparador cuando te guste. Pero qué pasa cuando te dicen “qué hago”. En algunos casos, tendrás que hacer fotos sólo para cansar mentalmente al modelo y que se deje llevar con tranquilidad.
Es importante que conozcas las distintas poses que ayudan a resaltar diferentes atributos del cuerpo. De lo contrario no sabrás cómo enfatizar una prenda o un accesorio. Así que adquiere una cultura visual con referencias para hombres y para mujeres.
La indicación estrella con un amateur es no mirar a cámara para que vaya cogiendo confianza poco a poco y sean capaces de mirar a cámara sin dudar. Empieza con planos generales evitando planos cerrados sobre la cara. Hazle saber qué estás haciendo para que se concentre más en su cuerpo y movimientos. Ve cerrando poco a poco.
Da indicaciones claras. “Imagina que eres tal y estás haciendo cual” no suele funcionar con poses para fotografía. Puedes generar confusión e inseguridad. Reserva esa técnica para modelos muy experimentados.
Es un error centrarte sólo en la cara aunque la foto sea un retrato. Las poses deben ser completas para que sean natural. Tu modelo no puede transmitir haciendo una pose a medias. A pesar de lo que oigas, imitar tú la pose para explicarlo suele funcionar. Entenderá lo que buscas y perderá miedo escénico.
Lista de poses para realizar durante una sesión de fotografía
Para dirigir modelos hay que conocer las diferentes poses y en qué circunstancias utilizar una u otra. No obstante, eso de “lista de poses” no es más que un título. No te centres en una lista o estarás limitando tu creatividad. Sólo te voy a dar algunas orientaciones para empezar:
- El paso: esta posición dando un paso es muy natural y permite mostrar todo el vestuario. Puedes angular o no y jugar con la dirección de la mirada.
- Sentado: trata de colar las piernas hacia un lado para estilizar el cuerpo.
- Salto: congela el movimiento en un salto en el que todas las partes del cuerpo estén en cuadro. Es interesante mirar a cámara.
- Sujetando la cabeza: es una foto ¾ con la mano alrededor de la cabeza, por ejemplo del pelo. La cara nunca debe quedar tapada, para ello, haz un triángulo con el codo.
- Espalda y rostro: con la misma apertura de plano, tenemos la espalda o el semiperfil y el modelo gira su torso o cuello para mirarte o buscarte.
- Semisentada: apoyada sobre una barandilla, muestra el rostro perfectamente, el vestuario y también el fondo. Apoya una pierna y deja la otra en el aire para estilizar el cuerpo.
- Manos en el rostro: cuidado con la mirada y con que las manos no tapen totalmente ojos, nariz o labios. Puedes utilizar una o dos manos. Las manos en las mejillas es muy utilizada.
- Brazos cruzados: es una foto de actitud, por lo que el modelo debe estar lo más ligero posible. La cabeza admite movimientos y direcciones, pero cuidado con las caderas.
Si buscas inspiración, sólo accede a un banco de imágenes y buscar poses de modelos.
Dirigir modelos y hacer fotografías son dos trabajos diferentes
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