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Cómo se enfrenta el audiovisual al cambio climático

El audiovisual y el cambio climático son dos conceptos que deben quedar unidos en el esfuerzo para alcanzar un futuro mejor. El clima está cambiando, y es una realidad que nos afecta a todos. El calentamiento global está haciendo que se destruyan los ecosistemas y perdamos biodiversidad. Esta situación favorece la aparición de nuevas enfermedades como la covid19 y pone en riesgo nuestra supervivencia, y no sólo por la aparición de nuevos virus. Los recursos más fundamentales para la vida como el agua y los alimentos también corren peligro debido a la contaminación y destrucción sistemática del medio ambiente.

Por ese motivo, todas las industrias buscan la manera de ser respetuosos con la naturaleza. Minimizar al máximo nuestra huella de carbono se ha convertido en una urgencia. Muchos sectores pasan desapercibidos en este sentido, como si cada pequeño acto no sumara. Es el caso del audiovisual. Aunque no son pocas las voces que abogan por un audiovisual verde, todavía estamos lejos de lograrlo.

Hoy queremos recomendaros algunas prácticas que podéis llevar a cabo todos los profesionales (o aficionados) del audiovisual. Puede que la industria automovilística sea más contaminante, pero es necesario que todos aportemos nuestro granito de arena ante este peligro inminente.

El audiovisual enfrenta el cambio climático con rodajes sostenibles

Los rodajes verdes son el camino hacia un audiovisual contra el cambio climático. Y poco a poco, se van convirtiendo en una realidad. Las prácticas para convertir un rodaje en un proceso de trabajo verde, abarcan desde no utilizar botellas de plástico sino reutilizables hasta fomentar el transporte colectivo de los miembros del equipo. Un set de rodaje debe estar equipado con diferentes depósitos de reciclaje accesibles para todo el mundo. Y más allá de estar, el equipo debe estar obligado a utilizarlos correctamente, disponiendo de la información necesaria para ello.

Otra manera en la que ser ecológico en el audiovisual es utilizar iluminación led. No sólo es igual de eficaz, sino que además es más respetuosa con el medio ambiente al consumir mucha menos electricidad (y si se emplean generadores de gasolina ya ni hablamos).

También podemos ser eficientes ecológicamente si pensamos en los excedentes. En producciones grandes suele sobrar mucha comida, y es una obligación moral decidir qué se va a hacer con esa comida. Puede donarse a comedores sociales o asociaciones a quienes les haga falta. Además, no en pocas ocasiones el material de atrezzo y los propios decorados no sirven para nada una vez finalizada la producción. Esos elementos como muebles se pueden también reutilizar y darles una segunda vida donándolos a personas que lo necesiten. De lo contrario, se tirarán a la basura el equivalente a cientos de árboles y otros recursos naturales que no son infinitos. Algunas grandes producciones que han llevado a cabo estas prácticas son: Jurassic World El reino Perdido, Spiderman 2, o Juego de Tronos (entre otras).

El audiovisual es más contaminante de lo que pensamos. Un estudio determina que en Londres, el sector audiovisual genera la misma cantidad de dióxido de carbono que una pequeña ciudad de 20.000 habitantes. Pero estas prácticas no deben limitarse a las grandes producciones. Cualquier rodaje va a necesitar de recursos limitados que no van a tener vida más allá del rodaje a no ser que hagamos algo al respecto. Videoclips, documentales, pequeñas producciones. Todos debemos esforzarnos y colaborar.

Efectos del audiovisual en la protección del cambio climático

Qué efectos produce el audiovisual sobre el cambio climático

El audiovisual puede tener efectos muy positivos en el cambio climático. Pero también negativos. Es uno de los sectores que más impacto emocional tiene sobre la sociedad. Esto supone una capacidad de influencia mayor que cualquier otro medio. En una sociedad que asiste a un proceso de digitalización de las empresas, el contenido visual se ha convertido en el rey. Y no sólo en el entorno laboral, sino también en el ocioso.

Un ejemplo de efecto negativo sobre la sostenibilidad, son las visitas guiadas a escenarios naturales donde se han filmado determinadas producciones, como por ejemplo Juego de Tronos. Esto puede suponer que miles de personas deambulen por parajes naturales, lo cual es de todo menos sostenible.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda, nos encontramos ante una herramienta para educar en materias medioambientales única. Pero esa educación debe empezar desde dentro hacia fuera. Es decir, que comienza en el set de rodaje, con los miembros del equipo. No se trata de colocar muchas papeleras y utilizar botellas de cristal. Eso es un paso, pero no sirve de nada sin concienciación. Los integrantes del equipo humano de rodaje, a menudo son varias decenas o centenas de personas que normalmente no van a volver a trabajar juntas. Y eso conlleva que entrarán pronto en contacto con otras cientos de personas. Por eso es importante que la educación comience ahí.

De esta manera, el valor del ecologismo se puede ir transmitiendo de rodaje en rodaje entre los miembros de los diferentes equipos. Y además, es algo que sirve como ejemplo inspirador para las personas ajenas al audiovisual.

Un ejemplo de cómo España busca un modelo audiovisual sostenible

Medidas en el audiovisual en España contra el cambio climático

Cada vez más instituciones en España apuestan por un modelo audiovisual sostenible. No son muchas las que llevan a cabo medidas reales todavía. Algunas parecen más interesadas en poder colocar un sello de sostenibilidad que en las propias medidas. Sin embargo, sería injusto decir que no hay personas realmente involucradas y preocupadas, aunque sean minoría.

Cabe destacar a la “Tenerife Film Commission”, organismo responsable de gestionar los rodajes en la isla y que ha sido pionero en redactar un documento de buenas prácticas medioambientales para las productoras.

Entre las medidas que proponen en este protocolo, hay algunas especialmente importantes, como por ejemplo la localización responsable, que consiste en localizar el menor número posible de lugares en los que rodar, además de exigir que se reflexione sobre las posibles consecuencias medioambientales de dicho rodaje en cada una de las localizaciones seleccionadas.

Otras medidas son identificar y proteger plantas, árboles y cualquier recurso natural cercano señalizándolo y delimitándolo. También se contempla la contaminación acústica y lumínica.

El Ayuntamiento de Málaga es también un ejemplo, desde el que se tienen en cuenta criterios verdes para la selección de ayudas para el impulso empresarial. Hacen falta más ejemplos. Más conciencia. Pero es obligación moral de las productoras y los trabajadores, poner esmero en materia medioambiental, aun cuando no sea una exigencia.

La transformación del audiovisual en modelo verde es imprescindible

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